1. La
primera, haberte puesto content@ al leer el título de la entrada. Si te han
saltado chispitas en los ojos al leerlo, eres una de esas personas que puede salir.
2.
Lo
segundo es hacer ALGO... y dar un paso. Quizá sin saber cómo. Mueves un pie,
quizá no sabes aún a dónde, pero tú has dado un paso. Ese querer dar un paso
depende de ti.
Recuerdo cuando hace más de 10 años
alguien me confío: “Yo me he curado de una hepatitis mala”, y en mí se desató
un torbellino de energía con un “¡Sí! Yo también quiero”. Luego también lo he
visto con enfermedades de esas que jamás se curan.
NOTA:
Alguien encuentra trabajo y desaparece una hernia discal, te cambias de ciudad y empeoras... te vas de casa y no te vuelve a
doler la cabeza... (Vivir permanentemente con un problema enferma, la
enfermedad es rabia guardada. Te enamoras y embelleces).
Hoy me dirijo a
estas personas que quieren y que creen que pueden salir. Sé seguro que no todas
pueden salir, pero si sé seguro que un porcentaje... quizá un 20-30%, puede
salir muy bien. A esas personas me dirijo. El resto quizá lo puedan hacer en un
tiempo... son caminos y procesos que hay que hacer. Aunque sea duro decirlo...
no todo el mundo quiere curarse.
3.
Confiar
en ti, en que tú puedes curarte ¡y currarte!.
4.
Encontrar profesionales que crean que es posible que
te puedas curar.
¿Cómo confiamos nuestra curación a
profesionales que creen y dicen enérgicamente que la enfermedad es incurable,
que nadie se ha curado y te dicen que vas a estar cada vez peor? ¡Cómo alguien puede afirmar eso! ¡Así
bloquean la posibilidad de curación! La
afirmación de tener una enfermedad incurable hace más daño casi que la
enfermedad en sí, nos hace entrar en el miedo, en el pánico y en el temor, y
desde ahí es difícil sanar.
5. Buscar
personas que te comprendan y que te exijan, que te ayuden a aprender de la
enfermedad y a enfrentarte a ella. Personas que entienden las situaciones raras
y difíciles y sobretodo, saben de las “excusas “ y chantajes que nos hacemos a
nosotros mismos para no salir
¡Sí, queremos estar bien!, pero
estar bien implica volver al trabajo, aguantar a un marido, enfrentarse a una
revisión de incapacidad. ¡No puedes estar “Capaz” ante una revisión de
incapacidad!. Estar bien implica muchas
cosas y tener que tomar muchas decisiones... puede ser más fácil estar así y
quedarte en la cama y que te libres de reuniones y de compromisos...
¿No será más fácil decir directamente que
no quieres ir a ese “compromiso”?
¿No será más facil y más sano hablar claro y
decirlo sin tener que ponerte mala?
6.
Hablar
con decisión y claramente de las cosas que ya no quieres en tu vida.
7.
Abandonar
la queja de todo y hacia todo.
8.
Conectar
con las cosas que más te encantaba hacer.
9.
Indudablemente
habrá que pasar por un PROCESO DE TERAPIA HABLADA en la que se suelte Dolor vivido. Llegar a ese
origen emocional y sanarlo.
Hay veces que la situación presente es tan
complicada, que nos impide estar bien y buscar una salida, pero conozco
personas que están en una situación presente “fácil” y buena, y siguen pegadas
a la enfermedad ... quizá le dijeron que nunca saldrían.
Evidentemente es
más difícil y exige más esfuerzo ser feliz que estar mal... ¿Cuántas vidas te crees que vas a vivir para
desperdiciar esta?
Ya no queda tiempo
para perder el tiempo, ...el primer paso depende solo de ti.