Me han ofrecido la posibilidad de contar la
historia de la enfermedad con la cual llevo ya 7 años y sigo luchando cada día
para salir de ella.
Yo conocí a Eva en Abril del 2013 en una
conferencia que dio en Afibrom, asociación de la cual soy socia y en la
que he participado en varios cursos. Ella dijo entonces una cosa
muy importante para mí: "yo me he curado de esta
enfermedad". Entonces yo me dije que también lo podía hacer, que si ella lo había hecho yo también podía.
A partir de ahí comencé a trabajar,
primero el curso con ella y otras compañeras, llegando a la conclusión de que a mí me dolía mi vida, todo lo que había vivido y pasado habían
hecho mella en mí.
Yo había días que salía cabreada del curso,
en algún momento me planteé dejarlo de cómo me sentía de mal de todo lo que me iba dando cuenta. El
curso me hizo enfrentarme a mí misma, a mi vida, a mis propios miedos. Había
días que me los pasaba llorando de la impotencia que sentía. Yo estuve muchos,
días hasta las 11 de la noche, con gafas oscuras para que la gente no me viese
la cara que tenía y los ojos de llorar, pero me iba dado cuenta de todo el dolor que tenia dentro guardado.
Cuando yo, en un ejercicio de PNL, pinté en
la pared la palabra Frustración y cogí un cubo de pintura azul y lo
tiré para taparlo! algo pasó dentro de mí! ya había reconocido y luego
borrado la frustración que había en mí, pero ahora lo tenía que superar.
Ha sido un camino largo lleno de obstáculos
sobre todo conmigo misma, pero ahora después de estos años puedo echar la vista atrás y ver todo lo que conseguido con el
Reiki, la meditación, el año y medio de terapia que he estado con Eva y todo lo
que allí se ha destapado y liberado. Esto cuesta dinero y mucho esfuerzo pero
es una inversión en mí misma y no hay otra mejor porque si tú no estás bien lo
demás te sobra todo, el estar a gusto
con uno mismo y los demás no tiene precio.
Ahora, que hace un año que me han vuelto a
operar con ozono de la espalda y he estado en rehabilitación un mes, he
conocido a una mujer que iba con 2 muletas, toda encogida no podía llevar bolso
y llevaba un pequeño bolsito en la muñeca, entonces yo me he dicho, que me
niego a llegar así a la vejez, soy una persona anti pastillas, siempre he
tomado lo menos que he podido de todo y sigo en la unidad del dolor de la
Fundación Jiménez Díaz, ya no puedo tomar antiinflamatorios después de 4 años
porque puede hacer daño al riñón y eso implica también otros medicamentos para
los dolores de espalda, no estoy dispuesta a que me dejen hecha polvo del todo.
Yo sé muy bien lo que es esta enfermedad, yo
estuve año y medio en la cama llena de dolores y de agotamiento, andando con
muletas 4 meses. Mi hermana me decía, una persona estupenda a la que tengo que
agradecer mucho al día de hoy, ya que siempre me ha estado motivando para hacer
más ejercicio y fortalecer mi cuerpo y mis músculos.
Al día de hoy hago mucho más ejercicio, ya camino casi una hora al día. Y cada día me seguiré poniendo objetivos.
También os contaré mi lucha con la Seguridad
Social durante 6 años en los que he tenido que estar sometida a la indiferencia
de ellos, diciéndome que yo no tenía nada y que me tenía que ir a trabajar aunque
yo estaba que no podía con mi alma.
Corto este pequeño relato y os animo a que sigáis luchando por
vuestros derechos y por superar esta enfermedad.
Me siento feliz con el trabajo que yo he
realizado.
Gracias.