Hoy entiendo que la Fibromialgia dura un tiempo y es
difícil de acortar. Siendo la enfermedad totalmente inútil, quizá nos ayude en
una primera etapa de agotamiento. Quizá nos pide parar y descansar. Luego se
queda y ya no se sabe ir.
En una etapa yo tenia mi carpeta, bueno, 20 cm de lomo de
carpetas de información de la Fibromialgia. De todo lo que me pasaba y de todo
lo que me podía pasar y que solo con leerlo me pasaba. Ni una palabra optimista
y esperanzadora en los 20 cm “Esto es para siempre y no se puede hacer nada”. ¡Consuela tener
una carpeta a lo que agarrarse cuando estás mal! En ella tenía textos en los
que contaba como me encontraba, por si un día escribía un libro.
“Un día” decides cerrarla y dejarla bien lejos de ti, en la
estantería de arriba a la que se llega con la escalerilla.
“Un día” limpias y decides tirarla, bueno la bajas al
trastero. Aún tiene un lugar en tu vida.
“Un día” decides bajar al trastero y “quemar la carpeta”.
Aquí no la pude quemar, rompí los artículos y mis escritos y lo tire todo,
incluida la carpeta. (Solo me quedé una hojita del médico que ponía “síndrome
fibromiálgico” y la medicación, por si un día tenia que recordar que no fue un
mal sueño).
El día que te
desprendes de esa carpeta ya “no te queda nada de Fibromialgia”.
AHORA TIENES QUE HACERTE TÚ CARGO DE TU VIDA.
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